Tuvimos que dotar a nuestra Sede de los elementales servicios de aseo, ya que las instalaciones son muy obsoletas y carecían de ellos.
Hubo que desmontar parte de la cocina para instalar el servicio de ducha, correr tabique y alicatado de ello.
También proveíamos de lo necesario para los desayunos diarios y tomar algún que otro bocadillo en su visita a Sevilla; no obstante, todo ello lo hicimos con el mayor de los cariños.
Después, en las reuniones, anécdotas risueñas, expresiones entrañables y gratitud por parte de todos, fue la tónica general.
Luego, a la comida nos juntamos todos, obsequios, la foto de familia, y el entretenerse charlando.
El último día de instancia en Camas los acompañamos hasta el Salón de Actos del Ayuntamiento para oír misa. Terminada ésta, de camino al autocar que los llevaría a Madrid, los últimos parabienes, saludos y el deseo de un buen viaje.
Fueron pocas horas para un conocimiento más profundo personal.
Mi reflexión final, es que todo ello lo hacen estos jóvenes por amor.
Del libro, "El Evangelio Pablo", extraigo estas reflexiones;
El amor esta lleno de longanimidad y bondad;
El amor ignora el fanatismo y la presunción;
No se infla de orgullo.
No defrauda nunca a la honradez;
No busca su propio interés;
No conoce la cólera;
No anda a la casa de lo malo del prójimo;
En todas las circunstancias esta lleno de perdón, lleno de fe, lleno de esperanza, lleno de paciencia.
Hasta siempre, queridos peregrinos.
Florencio Real Santos.